ESCUELA HERMÉTICA PRIMORDIAL
de las ANTÍPODAS

“Se halla dedicada al atesoramiento y a la difusión de la antigua sabiduría humana.

Hace 12.000 años fueron llamadas Herméticas, por ser exclusivas y cerradas.  Tan solo estaban abiertas para aquellos que deseaban mutar su inteligencia y transformarse en mentes superiores.

Primordiales por ser, precisamente, las Primeras Escuelas del Conocimiento.

Y, de las Antípodas, porque al ser fundada una escuela o actuar en un punto determinado de la Tierra, debía fundarse otra en su antípoda, justo en dirección diametralmente opuesta, ya sea norte-sur o este-oeste.”

Las llamadas Escuelas Primordiales, por lo general, se encontraban ubicadas en las antípodas geográficas del planeta Tierra, con el deliberado objeto de desarrollar y adoctrinar a los estudiosos de los más alejados puntos terrestres, en el pensamiento de los Maestros de cada una de estas Escuelas de la sabiduría humana.

En el transcurso del tiempo, existieron infinidad de estos centros de conocimiento que, de acuerdo a las épocas, pudo ser tradicional y no-escrito, como también institucionalizado en escrituras y códices, donde se atesoraba la sabiduría de los milenios.

Fueron el antecedente remoto de academias y luego universidades que se difundieron por el mundo, sobre todo, con la aparición de la escritura.  Aunque debemos aclarar que, el conocimiento de las Escuelas Primordiales, fue y sigue siendo, la avanzada del saber humano.  A estos centros de la cultura, sólo se puede acceder mediante el llamado de los Maestros y nunca por decisión o voluntad de quienes se creen capacitados para ingresar o conocer su funcionamiento y sabiduría.

Las Escuelas Primordiales son herméticas y metafísicas, iniciaron sus actividades hace más de 12 mil años y todavía continúan con su obra de esclarecimiento y resguardo de todo aquello creado, revelado, entregado o no creado por la mente humana en el largo e inacabable viaje del conocimiento.

Ellas estuvieron en ciudades conocidas y desconocidas, en lugares accesibles o directamente inaccesibles para el común de los hombres.  Se denominaron Primordiales, porque eran las más avanzadas, las primeras en el desarrollo del conocimiento y realizaron también la meditación por meses o por años y la concentración de las fuerzas vitales, para el logro de la espiritualidad y el desprendimiento de lo incorpóreo sobre lo corpóreo, con el fin de obtener el triunfo de lo metafísico sobre el materialismo, la envidia, el egoísmo y la violencia.

Así, la Ciudad de los Césares, en el cono sur americano, fue buscada afanosamente por estudiosos de distintos países.  Pero como muchos de ellos eran sólo movidos por una ambición irrefrenable, los Dioses Blancos ocultaban sus entradas y cerraban cautelosos sus caminos.

El Oasis del Polo Sur o la Entrada al Hueco de la Tierra, no pudo ser hallada por los hombres y sólo Bird, Doenitz u Ocón, el cacique ona, podrían decir que encontraron en sus periplos antárticos.
La Thule hiperbórea del casquete nórdico, madre de toda la ciencia hermética, tuvo el peregrinaje milenario de metafísicos, antiguos y modernos que afanosamente la buscaron.  La Thule invertida, de la antípoda polar antártica o también ubicada en los cerros abruptos y desolados de la Cordillera Austral, en los confines mágicos de la Patagonia.
La Paitete del Tibet o de la Mongolia, perdida y misteriosa, en los impenetrables y gigantescos Himalayas.
La Montsegur de los Pririneos, donde Cátaros y Templarios se daban cita y en donde, según parece, el caballero Pasifal escondió el Santo Grial y la Cruz Templaria, antes de salir en su viaje eterno, en  busca de la Piedra de la Sabiduría que el Cerro Uritorco guardaba como un tesoro sagrado para la humanidad de los años 80.
La Tula nórdica cerca de la Dinamarca actual y tan visitada por los herméticos antiguos y modernos.
La poderosa Asgard, fuente de energía del Caúcaso, de donde dice la leyenda que partió el Dios Hiperbóreo Odín, también conocido como Wotan.  Tengamos presente a este personaje mitológico del lejano Caúcaso que lleva nombre similar de Vultán de nuestros Comechingones o Sanaviroes, quien hacía construir en negro basalto, el toqui lítico del Continente Blanco.

La célebre y antiquísima Agharti o Agharta, ciudad doble, pues una se encontraba en las profundidades de la tierra y la otra, la terrestre, se dedicaba al estudio de las ciencias herméticas.

También en ese impenetrable Himalaya, existía la doble ciudad de Shamballa, la de adentro, la escondida a la temible ambición humana y la de afuera, donde estudiaron tantos maestros del más antiguo hermetismo, entre ellos Orfelio Ulises que pasó 8 años recibiendo sus enseñanzas, para volver después a los centros metafísicos de la cordillera andina y recibir el mandato explícito de buscar el Bastón de Mando, en las antiguas sierras de Viarava.

Agharti y Shamballa se repartieron el trabajo.  Una de adentro y la otra de afuera.  En Shamballa se enseña el uso del poder y las fuerzas convergentes y divergentes que luego el maestro Orfelio Ulises, hará conocer a unos pocos estudiosos metafísicos de la Argentina.
En Shamballa se enseña la materia y la anti materia, el endo y el exo, Thule y Aztlán.  Las diferencias entre el hombre superior y el hombre animal y toda la autenticidad de los mundos paralelos.

La tercera fuerza es la tercera posición, lo que originaría luego el llamado tercer mundo no-alineado que armoniza y equilibra a las fuerzas antagónicas, para lograr el equilibrio terrestre que es lo mismo que la armonía gravitacional del cosmos.
La tercera armoniza las fuerzas en pugna.  Existe una acción y una reacción, sin embargo una tercera energía, las incluye y al mismo tiempo, las usa.

El Cosmos, la Tierra y los Hombres, poseen un cuerpo material y otro que los acompaña, el cual es indisoluble e incorpóreo.  La materia y la antimateria.
La Escuela Primordial de Delfos, eminentemente hermética, también representó en el mundo griego y en todos los pueblos de la antigüedad, un centro profundo de gravitación extrahumana.
En Shamballa se enseña también el cambio originado en el hombre, con lo cual se logrará imponer una transformación en el planeta Tierra.  El espíritu debe reinar sobre la materia, ésta debe necesariamente estar subordinada a la fuerza espiritual.
La Escuela de Agharti se encuentra sobre la meseta de Pamir y en ella también se enseña la visión del llamado amor metafísico, con sacerdotisas de procedencia hiperbórea.

La ciudad  terrestre de Shamballa, situada en territorio tibetano, fue residencia del maestro Orfelio Ulises y en esa Escuela Primordial, estudió por 8 años consecutivos y realizó meditaciones y ejercicios de aislamiento que lo mantenían por largos meses dentro de una habitación de paredes de piedra y sin techo, donde el alimento le era alcanzado por medio de una larga caña.
En ese aislamiento en medio de la naturaleza y en el silencio de la alta montaña, forjó su espíritu y se fortaleció en la austeridad y la entrega, desprendiéndose de su cuerpo físico, para vivir en libertad, obtener la revelación trascendental y lograr la total sabiduría.

Las Escuelas Herméticas Primordiales de orientación metafísica, organizan sus estructuras en 8 canales o escalas vibratorias musicales, donde la primera es la última y ésta es, en realidad, la primera.  Siempre concordante con aquello, donde lo que está arriba está abajo y lo de abajo, arriba.
Para lograr movimientos o ascensiones en la escala de las vibraciones musicales, los aspirantes, de acuerdo a múltiples conocimientos, pueden pasar por distintas graduaciones y en la mayoría de los casos, muchos de ellos, pueden pasar la vida tan sólo en las dos o tres primera escalas vibratorias.

Para el logro total de la sabiduría humana, el pensamiento hermético se integra en la Escuela Primordial de las Vibraciones cósmicas, donde los hermanos que iniciaron su camino en otro tiempo y los recién llegados, ocuparán las notas de armonía respectivas por su grado de iluminación y en las escalas vibratorias respectivas, dentro desde luego, del triángulo de Fuerzas Mentales y Metafísicas que se producen delante de nuestros sentidos y cuyo vértice superior se une a su igual invertido de la figura triangular metafísica que se encuentra arriba o afuera del triángulo real.
Ese triángulo metafísico tiene iguales vibraciones y escalas que su idéntico terrestre, configurando entre ambos la base real e ideal, corpórea o incorpórea, física o metafísica que produce el pensamiento hermético, cuando enseña desde hace milenios que todo lo que está abajo, también se encuentra arriba o sea que todo aquello que está adentro, pertenece del mismo modo a lo de afuera, constituyendo su Doxa o copia metafísica o de antimateria.

La Verdad es una sola, por lo tanto, es inexacto buscar distintas interpretaciones que sólo consiguen perturbar la mente del hombre en filosofías contradictorias, donde cada uno cree poseer su verdad y de ese modo, se vive en la irrealidad y la mentira.  El hombre tiene una sola cara, pero su pensamiento contradictorio puede tener muchas.
La Verdad no necesita de la fuerza ni del error o la mentira para mantenerse, ella se impone por sí sola porque habla y piensa en una sola dirección y puesta frente a sí misma, en el vértice cósmico, se refleja como la propia verdad metafísica, porque es la misma, ya que aquello que está de un lado, tiene su propio paralelo del otro.  Los valores espirituales y eternos de la especie humana, como la Realidad, la Verdad y la Libertad, son únicos, no pueden existir de ninguna manera dos realidades, dos verdades y dos libertades, porque esos valores del espíritu humano no pueden tener interpretaciones capciosas o intencionadas.
Cuando se miente no se altera la Verdad, sino que se crea otra mas compleja, pudiendo ocultarla al otro u otras entidades, pero se genera una "verdad negativa"   que daña su cuerpo mental. Persistiendo en el tiempo, terminará loco, preso o exiliado. El hecho verídico nunca caerá, porque aunque se creen "otras" verdades para ocultar la primera, ésta sigue estando. Entonces caerá por el aplastante peso de las verdades negativas generadas, opuestas y chocantes con las verdades positivas que realmente son y ocultó.
La libertad y la armonía son una sola en la Tierra y en el Cosmos.

Debemos estar atentos para no gastar tiempo inutilmente, deambulando por laberintos, trampas, mitos, ciénagas y salas de espejos de la historia, por donde el conocimiento ha pasado por distintas manos, distorcionándose. Solo podemos mencionar que los musulmanes, fueron los que mejor mantuvieron e intentaron ordenar la Enseñanza Hermética, dándole cierta utilidad práctica y respetándola en todo cuanto les fue posible, mientras que el judaismo lo deformó y convirtió en un montón de supercherías(con uso meramente comercial, en los últimos dos siglos) y el catolicismo lo ocultó y combatió del modo mas encarnizado posible, a costa de medio millón de muertos en la hoguera, la espada o la orca en Europa y Asia Menor.
A pesar de todo ello, el Conocimiento Hermético ha sido recuperado en sus aspectos mas importantes y eso implica que ante cualquier religión y/o creencias, si se logra separar lo suficiente de los lavados de cerebro hecho por las instituciones milenarias, tiene por delante un Camino de Aprendizaje que vale de verdad, en vez de mantenerse, como la mayoría, en el innocuo análisis del pasado o las disquisiciones filosóficas sin los pies en la tierra.
Aunque también debemos tener presente, que el ocultismo como sistema de disfrazar conocimientos para que no se pierdan, permitió su conservación durante milenios, pero también propició la gran confusión entre los neófitos, dando lugar al circo pseudoesotérico actual.
Igualmente, llegado a cierto grado de comprensión, se hace notorio que no es posible "confundir" ni robar impunemente los "Tesoros Celestiales"

En la escritura de la infinita resonancia Cósmica, existe el orden y la jerarquía inmutables por cuanto un cuerpo se apoya en el otro y viceversa, navegando en las distancias siderales y de acuerdo a la atracción y compensación que los cuerpos hacen por su tamaño.  Tal es la ubicación que deben ocupar los hermanos de acuerdo a su grado de participación vibratoria universal que se otorga por su capacidad mayor o menor, por las Entidades Cósmicas, teniendo en cuenta la iluminación espectral que irradian, consecuente con el desarrollo de su mente y de su capacidad energética.

La Metafísica equivale a todo aquello que está por encima de los físico, de lo material.  Es en realidad, la proa de la Nave de la Sabiduría que abre el camino del conocimiento humano, tanto referido a la materia como al espíritu.  La Metafísica, adelanta, sea por intuición, como por transmisión o revelación, todo aquello sobre lo cual el hombre discurre y en el presente puede parecer aventurado o producto de la ficción del pensamiento, pero en la repetición y la constancia de idénticos fenómenos, lo que pudo considerarse mitológico, se convierte en axiomático, al ser comprobado científicamente.

Los maestros hablaban de la transmisión del pensamiento entre lejanas antípodas terrestres o cósmicas y tanto la Hermética como la Metafísica, explicaron la emisión y la recepción de las antiguas Escuelas y en estos últimos años, la ciencia se ocupó de demostrar esta realidad, en la formación de bioenergéticos que emiten y reciben pensamientos a miles de kilómetros de distancia. La psicotrónica es ahora una realidad que, hace doce mil años, la Metafísica explicaba en las Escuelas Herméticas Primordiales.
La tarea principal de los Maestros y Estudiosos, consiste en reunir la sabiduría expuesta durante milenios  y preservar sus conocimientos en la difusión escrita de esta Metafísica que por su carácter hermético, sólo era conocida y manejada por los reducidos grupos humanos de cada Escuela.  Esta antigua ciencia Hermética de la Humanidad, se transmitía por medios orales y tradicionales, lo cual significa que sólo se mantenía en la memoria privilegiada de sabios y sacerdotes quienes, a su vez, la transmitían en sus respectivos cenáculos a los escogidos que lograban entrar a las ciudades sagradas, terrestres o subterráneas, a los templos y a los oráculos, donde se difundía el hermetismo primordial de la Metafísica.

En determinados Centros de Estudio y Meditación ubicados en el Asia, América o el Continente Blanco y Europa, se crearon por la influencia de Maestros Herméticos las denominadas Escuelas Primordiales de las Antípodas, por constituir los primeros agrupamientos donde se atesoraba lentamente la sabiduría humana.  La designación de Antípodas, significaba “debajo de mis pies”, en el extremo opuesto del planeta Tierra.  La Tradición existente hace doce mil años, ordenaba la creación de Escuelas Metafísicas, en el lugar opuesto adonde funcionara toda Escuela de Sabiduría.  De allí que a Shamballa, en su antípoda, le correspondía una idéntica Escuela Primordial o Primera, para atesorar y difundir el conocimiento y crear centros energéticos de integración cósmica, telúrica y mental.  En este caso, siguiendo el concepto de que lo que está arriba, está también abajo, la Escuela Invertida, correspondía al Hemisferio sur, en el Continente de los Dioses Blancos.

Los Hijos del Sol, se manejaban por el orden y la jerarquía cósmica, a través de las distintas posiciones en la escala vibratoria y las Escuelas Herméticas, constituían ese orden jerárquico cósmico, donde todos debían obedecer a las leyes inmutables y eternas de la Armonía.
Estos Centros o Templos reunían el material expuesto por los maestros, atesorados tan sólo en la tradición oral y recogidos por los aspirantes, iniciados y discípulos a los fines de mantener por milenios, el conocimiento hermético y metafísico difundido no sólo por los maestros, sino también por aquellos otros que representaban las altas jerarquías intelectuales de la Escuela y que se reconocían como Epígonos, Aristos, Sofistas o Ejecutores.

Los aspirantes, iniciados y discípulos, reunían el material expuesto por los maestros ubicados en las distintas escalas vibratorias de la Escuela Hermética, para lograr la unificación de los conceptos vertidos y evitar la pérdida de esos valiosos conocimientos milenarios.
Por tales medios, la mitología, la metafísica y la ciencia, pudieron llegar hasta nosotros y difundirse en reducidos grupos de estudiosos y pensadores.
También los maestros enseñaban la resonancia mental con las fuerzas cósmicas y la integración con la actividad terrestre y toda la Escuela, obedecía al Único, también denominado el Estadista y lo secundaban en todas sus decisiones para difundir los conocimientos herméticos y adoctrinar a los nuevos aspirantes en la profundidad de esta milenaria sabiduría, con el fin de no cortar o interrumpir el traslado de los conocimientos herméticos y metafísicos a todos los elegidos o iluminados y perpetuar en la especie humana, la belleza del espiritualismo y de los valores éticos-morales para triunfar sobre la ignorancia, la maldad, la violencia y el materialismo.

El Triángulo de Fuerzas es el ordenamiento jerárquico y Cósmico de las Escuelas Herméticas Primordiales.  Dentro de esa figura geométrica, sea en su realidad visible o en su inversión metafísica, a través del arriba o del abajo, el afuera o el adentro, el exo o el endo, la materia o la antimateria, existen ocho escalas musicales, donde cada partícipe de la Escuela, debe vibrar de acuerdo al grado de conocimiento e iluminación que le concierne y de la confrontación que de ellos realicen los Maestros y los Aristos, dentro de la voluntad del Único o Estadista.

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En la primera escala se encuentran los Aspirantes que son aquellos estudiosos con ansias de iniciarse en el conocimiento Hermético y son elegidos por quienes están capacitados para establecerlo.  Aquél que de alguna manera es un iluminado, pues posee las virtudes de la videncia, la espiritualidad y el desprendimiento, ante el llamado de los Maestros, en cualquiera de sus escalas, puede iniciar el largo sendero de la Sabiduría Cósmica que cada uno de los partícipes sabe cuándo comienza, pero de ninguna manera podrá descifrar a que vibraciones energéticas triangulares logrará acceder, en la interminable sabiduría del Hermetismo Metafísico.

El Aspirante se debe a todas las Escalas de la Vibración, mediante la humildad, la paciencia y la dedicación.  Para ello es un iluminado natural que debe ser guiado en la abstracción, la meditación y la concentración de su proceso mental. Tendrá miles de veces que comenzar de nuevo y miles de días, para lograr los conocimientos esenciales.
Aquel que lleva apuro en su vida, no puede poseer la sabiduría del Universo.  Aquel que está poseído por la Soberbia, ignora la luz de las Estrellas y aquel que ama los bienes materiales, no puede escuchar la Música del Cosmos.

Los Iniciados representan la vibración de quienes ya poseen los conocimientos fundamentales de la Escuela y por ello, se los designa como iniciáticos, por haber iniciado la participación iluminada de la sabiduría hermética, en su escala más humilde pero importante.

El Discípulo  ya no es un alumno de la Ciencia Integradora, abarca siempre la capacidad del estudio, pero se transforma en un continuador de las enseñanzas y el ejemplo que han otorgado los Sofistas, los Aristos, los Epígonos y el Único.  El Discípulo, expone el conocimiento de los Maestros y lo continúa como propio.  Ya no sólo es oyente, sino orador y expositor del Hermetismo, dentro de la más absoluta lealtad y comprensión de la Ciencia Totalizadora.  Quien tenga alguna duda o no se encuentre unido al pensamiento milenario de las Entidades o los Maestros, ignorando alguna de las verdades metafísicas, inmutables en las primera Causas y los Primeros Principios y transformadas luego, en la Sincronía de la realidad evidente del cuerpo y el espíritu, de materia y antimateria, del endo y del exo, en la confrontación absoluta de los mundos paralelos, no puede ser considerado como un Discípulo.
Quien dude de todo ello o de sus partes constitutivas, no podrá ser un Discípulo Iluminado y menos aún, un expositor verídico del Conocimiento Cósmico.

Los Maestros o Sofistas son los que manejan la enseñanza y las reglas de la sabiduría primordial.  Las Entidades de Energía y el Estudio que no conoce prisa, ni pausa, han iluminado la Mente de los Sofistas, para que la siembra del conocimiento, tenga la perfección de la Verdad.
La Oratoria del Hermetismo engendra la Paz y promueve el logro de lo Verdadero.  La Belleza de la pregunta y el diálogo subsiguiente, se confirma por el amor y la humildad que van implícitos en la armonía de la inteligencia.  La discusión, en cambio, perturba el pensamiento y lo satura de soberbia, por aquél que cree tener la verdad.  Esto agravia el orden y la jerarquía natural, confundiendo las mentes, sin que ninguno de los interlocutores modifique sus creencias o sus errores.  Los Maestros sólo enseñan, conversan y dialogan.  Los que no puedan adherirse a ello, tienen la libertad de formar sus propias escuelas, pues nadie los obliga a creer en aquello que no entienden.

En la quinta escala de las vibraciones, se ubican los Aristos o Excelentes.  La palabra Aristos, deriva  en Aristocracia que significa el Gobierno de los Mejores o los Excelentes.  El término Aristos, para los Herméticos, no es sinónimo de mejores, en cuanto a su nacimiento o proyección social, sino tan sólo se refiere a los aristócratas del pensamiento, a los más sabios, a los excelentes, a quienes podemos considerar como Superiores, en referencia a su intelecto y capacidad.  Recordemos que en toda sociedad, existen hombres de Neandertal o inferiores por su primitivismo, el pasu del antiguo sánscrito y de los indios que coexisten con seres superiores e iluminados.
Los Aristos son así, son Excelentes por su manifiesta capacidad y preparación, para difundir las enseñanzas de la Integración Cósmica y Humana a través del hermetismo.

Los Epígonos o Virtuosos, corresponden a la sexta vibración y su designación equivale a los que trabajan sobre o  por encima del lugar, de las voces epi, sobre y gonos o lugar.  Dentro de esta sexta frecuencia, la tarea de los Virtuosos o Incontaminados, consiste en relacionarse energéticamente con las entidades cósmicas y emitir o transmitir a los herméticos, todo el caudal de mensajes y conocimientos que ellos por su capacidad bioenergética logran conseguir.
Los Epígonos son los encargados de pautar, metafísicamente, el enlace continuo entre sus campos o procesos mentales con las fuerzas o entidades superiores.  Establecen dentro de la Escuela Hermética Primordial, el Gobierno de los Bioenergéticos o seres con videncia e iluminación que captan y pautan, los mensajes sobre la superficie del planeta Tierra.
Los Maestros Epígonos de hace miles de años, eran los encargados no sólo de la recepción de mensajes astrales, sino de la transmisión del pensamiento a través de los lugares más alejados de la Tierra.  Este trabajo lo realizan en nuestro tiempo, los psicómetras o parasensibles, preparados para tales efectos.
Los Maestros Herméticos de la actualidad, efectúan la recepción y transmisión a la distancia, del mismo modo que los Epígonos de Shamballa o de Agharti, transmitían a los Maestros Aztecas o a las Escuelas Primordiales del Incario, todo aquello que les era necesario.

En la séptima nota se encuentra El Mediano, situado entre El Único y los Epígonos. Se lo designa como Ejecutor, por cuanto es el Maestro que ejecuta las órdenes de El Único, las hace cumplir dentro y fuera de la Escuela Hermética.  El Mediano realiza de acuerdo a las instrucciones del Estadista, él recibe las órdenes del Maestro Único y las aplica.
La función del Mediano es Política, ejecutiva, pero se mueve bajo la voluntad y el mando del Maestro Estadista.  Los Epígonos pautan con las entidades cósmicas y ponen los mensajes en conocimiento de El Único.  Sólo éste, transmite las órdenes al Mediano.

En la octava escala de los sonidos y junto al vértice superior del Triángulo de Fuerzas, en el punto de transferencia del endo al exo o de la materia a la antimateria, se encuentra El Único o El Estadista. En ese punto de contacto entre las fuerzas destrógiras y levógiras del hemisferio norte y del hemisferio sur, respectivamente, se produce de manera continua, la perdida de la noción de espacio tridimensional, adherida a la memoria ancestral de los hombres, para ser reemplazada, por el infinito adimensional del Cosmos.
El Único participa del arriba y del abajo, de la materia y de la energía, posee también la totalidad, la cosmovisión del conocimiento, percibe la música del cosmos y recibe los mensajes astrales.  Ha sido puesto en la Escuela Primordial, para cumplir con un mandato en el planeta Tierra.  Esta ubicación debe recordar a los herméticos que el primero es el último y los últimos, los primeros.

A todo elemento físico le sigue su igual metafísico.  Toda materia se proyecta en su propia antimateria y viceversa.  Cada Hombre lleva detrás suyo su propia proyección energética y no solamente por un principio de la física milenaria según el cual todo cuerpo que se desplaza, produce detrás suyo un volumen equivalente al elemento físico que se ha desplazado, sino porque este fenómeno de cuerpo y anticuerpo, lleva en sí un proceso de ionización molecular.
Esto ha dado lugar a la confirmación de los mundos paralelos, que consiste científicamente en un campo paralelo y permanente de iones moleculares, a través de todo elemento en estado pasivo o activo, sea líquido, sólido o gaseoso, que confirman la presencia de cuerpo y anticuerpo o simplemente, de materia y energía.
Si tomamos la Tierra como un ejemplo de los mundos paralelos, podemos graficarla en su desplazamiento por la órbita terrestre, del siguiente modo:

xx

AA = Eje Polar y Casquete Polar Ártico y Antártico
BB = Eje Ecuatorial
CC = Eje Magnético Terrestre
DD = Ionización molecular para integrar el mundo paralelo

La Sabiduría Hermética abarca toda la estructura del conocimiento humano, dividiéndolo en Tradicional y Hermético.
El denominado Tradicional, es aquél en que el hombre, por su condición ancestral, por su memoria colectiva, ha mantenido durante milenios, teniendo en cuenta sólo su actuación como sapiens, dentro de su habitat, el planeta Tierra, y sin ningún tipo de connotación metafísica que lo vinculara a la vida inteligente del Cosmos.
A este conocimiento humano tradicional, también lo podemos denominar como contemporáneo u oficial, porque es el aceptado, por tradición estudiosa, en los cenáculos de nuestro tiempo.

El conocimiento en la Sabiduría Hermética, tiene las mismas bases de participación que el Tradicional, pero difiere de éste, por cuanto agrega tres vías de conocimiento que son de contenido metafísico y provienen de la sabiduría humana, con quince mil años de comprobación, lo que otorga al hermetismo, una enorme supremacía intelectual que lo ponen en la vanguardia del pensamiento humano de la actualidad.
Nosotros entendemos por conocer, a la facultad mental o intelectual de los hombres mediante la cual pueden dar razón de la naturaleza, caracteres y objeto que presenta toda clase de fenómeno o acontecimiento, sea físico o espiritual que se encuentra sometido para su conocimiento, a la capacidad superior de la inteligencia humana.
Dentro del llamado conocimiento tradicional, podemos establecer tres tipos diferentes.  Uno, designado como conocimiento popular, promueve la ancha base del conocer humano y cuyos caracteres,  le otorgan la condición de anónimo, no-escrito, colectivo, no-institucionalizado y desde  luego, exclusivamente oral, pues se transmite de generación en generación, por vías tradicionales, por boca de los abuelos, los padres y los hijos.
Otra forma de este conocer oficial, es aquel que se clasifica como científico y que goza de los caracteres de escrito e institucionalizado, lo cual se logra a través del tiempo, mediante diferentes etapas del proceso mental, como la deducción, la inducción, la comparación, la comprobación, la analogía, la postración, la demostración y las alternativas de la clasificación, evaluación y generalización de los fenómenos formales o naturales.
El conocimiento logrado de esta manera se convierte en científico y es así, considerado como irreversible y definitivo, hasta tanto la misma ciencia no se encargue en sucesivas postraciones, demostraciones, investigaciones y repeticiones, en manifestar y probar que los conocimientos anteriores, están perimidos y superados por otros nuevos.
Creer lo contrario, no aceptar el campo de las nuevas verdades repetidas y comprobadas, sería como decretar la paralización del pensamiento humano y la muerte de la ciencia al no ser renovada y transformada.
La tercera clasificación dentro del conocimiento tradicional, es aquella que se refiere a la memoria ancestral de la especie humana que se ha transmitido durante cientos de miles de años, mediante la codificación cromosomática y genotípica heredada por nuestra condición intrínseca de homo sapiens y debida al apareamiento de los veintitrés pares de cromosomas y el sexual líbero que posee cada unidad psicobiofísica hombre.
Este conocimiento Tradicional, oficial o contemporáneo que poseen las escuelas clásicas y que se remonta también a miles de años en el pensamiento humano, se puede sintetizar en el siguiente cuadro:

 

 

 

Conocimiento
Tradicional

  1. Conocimiento Popular: Es la base de todo conocimiento humano y se integra por vías anónimas, no-escritas, colectivas, no institucionalizadas y de contenido y difusión oral y tradicional.
  2.  - Conocimiento Científico: Es escrito, institucionalizado, se muestra, se demuestra, se repite, se aprueba y se comprueba a través del tiempo y de las diferentes etapas del proceso mental.
  3.  - Conocimiento Ancestral: Proviene de la memoria humana en la codificación y programación cromosomática y genotípica.  Es hereditario y funciona como un verdadero condicionamiento de la especie humana.

 

Dentro de la Ciencia Hermética, existen seis formas definidas de conocimiento que se integran por distintos grados de Sabiduría.
La base ancha del conocimiento hermético es similar a las escuelas tradicionales, por cuanto se produce a través de la sabiduría popular y con los mismos caracteres que se encuentran en la otra escuela.
El segundo conocimiento se proyecta por medio del tiempo, mediante una serie de etapas, como la comprobación, la comparación, la repetición, la demostración, etc.  Este conocimiento científico, como no puede ser de otra manera, es exactamente igual al proporcionado por la escuela contemporánea o tradicional.
Luego tenemos un tercer conocimiento que proviene de la memoria ancestral de la especie humana y se ubica en la programación cromosomática, tal como lo hemos explicitado a través del conocimiento tradicional, pues la Ciencia Hermética considera a esta forma de sabiduría, como de gran importancia para establecer las relaciones de espacio y de tiempo, estereotipadas en la memoria ancestral del hombre, lo cual le niega la capacidad para comprender y recibir la inteligencia del Cosmos.
El cuarto conocimiento hermético se produce mediante un fenómeno de contenido psicofísico, por el cual, el ser humano, en estado de exaltación mística, llega a la contemplación y al conocimiento directo, sea de la divinidad o de un acontecer premonitorio determinado.

El conocimiento por Revelación que por lo general, es un acontecer psicofísico que la persona percibe o recibe, de manera extramental,  le hace acceder a un conocimiento  determinado, por medios extrasensoriales que siempre son captados por la capacidad cerebral del parasensible.
El sexto modo de conocimiento que posee la ciencia hermética, se realiza por el mensaje de entidades energéticas cósmicas a un determinado Estudioso o Maestro que son de manera indubitable, auténticos iluminados.  Por lo general, quienes captan los mensajes de planos superiores, manifiestan que el Maestro se los ha dicho.  Esa es una verdad, pues son energías liberadas y luego acumuladas o adicionadas, sea en una montaña, en  un árbol, en una piedra, en un plano del Cosmos, las cuales, al vibrar en la misma frecuencia del iluminado, emiten sus mensajes que son captados en el planeta Tierra por las personas indicadas o señaladas.

Estas seis formas de expresión del conocimiento hermético, tienen la particularidad de que tres de ellas, son parecidas o similares a las formas del conocimiento de la escuela tradicional y las tres restantes, pertenecen exclusivamente, al pensamiento de la Escuela Hermética Primordial.

Dentro de la Escuela Primordial, se establecen una serie de escalones de pensamiento humano que parten de una ancha base de la sabiduría popular que constituye en definitiva, la infraestructura del conocimiento que posee la especie humana.
Cuando ésta sabiduría se incrementa y se especializa, disminuye la participación de quienes son poseedores de esos conocimientos, pues se hace menos accesible y limitativa.  El conocimiento aumenta en sus generalizaciones y se hace mas dificultosa su interpretación, disminuyendo en consecuencia la cantidad de personas que conocen la complejidad de esta sabiduría.
El conocimiento hermético, en su última dimensión, queda circunscripto a determinados estudiosos que no encuentran valedero ni necesario, el transmitir o enseñar estos conocimientos a nivel generalizado, por cuanto no serían interpretados correctamente, por aquellos que no poseen profundidad ni sabiduría para lograrlo.  De aquí surge el significado de la palabra hermético, como no transmisible, como velado o cerrado al conocimiento general o popular.
La ciencia hermética, como último conocimiento del hombre, entrega a la Metafísica todos los conocimientos primordiales de tipo cósmico o de pautas no reveladas, tanto materiales como espirituales que luego promoverán el verdadero acrecimiento de las normas filosóficas y de la ciencia contemporánea, ensanchando sus márgenes de investigación y estudio.

Del mismo modo, pero partiendo desde otra ubicación valorativa, el conocimiento popular se transforma en la base imprescindible del conocer científico e incluso del filosófico, pues esta sabiduría popular, anónima, tradicional y no-escrita, es un conocimiento empírico que ha marchado a la par de la especie humana a través de cientos de miles de años, con su realidad y su magia mitológica, mediante creencias, supersticiones, hechicerías, leyendas, ceremonias y ritos que hacen a la memoria social de los pueblos que luego se transformaron por la demostración, la postración, la comparación y la repetición, en las bases del conocimiento científico, filosófico y metafísico de la humanidad.
En consecuencia, se estableció un intercambio circulatorio, desde la Hermética, hacia los otros planos del conocimiento de los grupos humanos y al propio tiempo, desde las bases de la sabiduría popular, hacia las concepciones cósmicas y profundas  del pensamiento hermético.

Es la verdadera sabiduría dedicada a lo extra físico, a lo que se encuentra por encina de la materia.  Es la proa de la nave del pensamiento que abre las aguas del conocimiento humano, para preparar la ciencia del ahora y la del porvenir que a veces puede ser inmediato o mediato.  Desarrolla lo físico y lo metafísico. Lo creado y lo increado, la materia y la antimateria, los mundos paralelos, lo mágico, lo mitológico, lo energético, la sangre metafísica, la memoria ancestral o los vórtices de energía cósmicos mentales.

Es una fuerza espiritual y cósmica, no es temporal ni material, ni desea poder terrestre de ninguna clase.
No es por ello universalista, sino cósmica, lo cual configura una hermandad extraterrestre que une a los hombres y al propio planeta Tierra en una idéntica manifestación de vida espiritual y material con todas las entidades de origen solar y cósmico.

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